sobre el estreno de esta mítica canción que dice que fue Estrellita Castro quien estrenó la canción, en el Teatro San Fernando de Sevilla, pero sin demasiada suerte, igual que pasaría con las versiones inmediatamente posteriores de Miguel de Molina o Consuelo Heredia (la primera en grabarla). El maestro Quiroga no dudó al final de su vida en decir que era su mejor canción, y por ello insistió en ella, dándosela a Concha Piquer, quien le preguntó: "Maestro, ¿no le parece a usted mucho verde, mucho verde?". A lo que le contestó Quiroga: "No, Conchita; ¡qué va a ser mucho verde! Es una redundancia muy bonita". Finalmente, la Piquer acabó siendo quien inmortalizara para siempre esta preciosa canción. Cabe destacar, también, que ella nunca cedió a censurar su letra original. He aquí abajo la letra de la primera versión que grabó la valenciana, en 1940, con la guitarra de Melchor de Marchena. Cabe destacar que también la interpretó la Piquer en la película "Filigrana", de 1949, así como que, si bien es mítica la supuesta enemistad entre Miguel de Molina y la Piquer, en esta entrevista habló bien el primero de la valenciana: https://www.youtube.com/watch?v=d_4e4Kzsql4&hd=1. También en mi canal, la versión en directo de Miguel de Molina:
https://www.youtube.com/watch?v=-8iBK65Atwo
VERSIÓN DE DOÑA CONCHA PIQUER:
"'Apoyá' en el quicio de la mancebía*,
miraba encenderse la noche de mayo.
Pasaban los hombres y yo sonreía,
hasta que en mi puerta paraste el caballo.
'Serrana, ¿me das candela?', y yo te dije:
'Gaché, ven y tómala en mis labios,
y yo fuego te daré'.
Dejaste el caballo y lumbre te di,
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa' mí.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes,
con brillo de faca,
que se han 'clavaíto' en mi corazón.
Pa' mí ya no hay soles, luceros, ni luna:
no hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y el verde, verde limón.
Vimos desde el cuarto despertar el día,
y sonar el alba en la Torre la Vela.
Dejaste mi brazos cuando amanecía,
y en mi boca un gusto a menta y canela.
'Serrana, para un vestío yo te quiero regalar'.
Yo te dije: 'Estás 'cumplío',
no me tienes que dar ná'.
Subiste al caballo,
te fuiste de mí,
y nunca otra noche
más bella de mayo
he vuelto a vivir.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes,
con brillo de faca,
que se han 'clavaíto' en mi corazón.
Pa' mí ya no hay soles, luceros, ni luna:
no hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y el verde, verde limón".
* Mancebía: "Burdel (casa de prostitución)".
José Losada Carballo (1912-1973), alias Pepe Aznalcóllar (en la segunda y última etapa de su carrera, ya con la voz notablemente minada) y al principio de su carrera, antes de verla eclipsada por la posguerra, Niño de Aznalcóllar (nació en este pueblo sevillano), debutó en la Sala Olimpia de Sevilla, con solo trece años, en 1925, y luego de haber actuado en una fiesta privada ante los reyes de España. Su primera grabación discográfica, teniendo solo 16 años, ocurrió en 1928, con la guitarra del enorme Niño Ricardo. También en mi canal, los fandangos "Llevo una Soga Arrastrando", de ambos artistas y de tal año. Aunque también supo interpretar una amplia gama de estilos, Pepe Aznalcóllar destacó en los fandangos. Con su voz dulce y flamenca, de hecho, ha pasado a la historia del cante flamenco como creador de un estilo de fandango sumamente original y personalísimo, verdaderamente creativo y artístico, y con mucha dulzura y arte. Sus fandangos crearon seguidores, como muchos fandangos más de otros grandes maestros. Dejó una amplia discografía, en la que fue siempre acompañado por grandes guitarristas. Letra de "Ojos Verdes" en su gran versión.
VERSIÓN DE PEPE AZNALCÓLLAR:
"'Apoyá' en el quicio de tu casa un día,
brillaba al abrirse la noche de mayo.
Pasaban los hombres y tú sonreías,
hasta que a tu puerta paré mi caballo.
brillaba al abrirse la noche de mayo.
Pasaban los hombres y tú sonreías,
hasta que a tu puerta paré mi caballo.
'Serrana, me das candela y te doy este clavel',
'Ven y tómalo a mis labios,
que yo fuego te daré'.
Bajé del caballo,
de cerca te ví,
y fueron dos verdes luceros
de mayo tus ojos pa' mí.
de cerca te ví,
y fueron dos verdes luceros
de mayo tus ojos pa' mí.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y al verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes,
con brillo de faca,
que se han 'clavaíto' en mi corazón.
Pa' mí ya no hay soles, luceros, ni luna:
ná más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y al verde, verde limón.
Verdes como el trigo verde
y al verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes,
con brillo de faca,
que se han 'clavaíto' en mi corazón.
Pa' mí ya no hay soles, luceros, ni luna:
ná más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y al verde, verde limón.
Vimos desde el cuarto
apuntar el día,
anunciar el alba la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía,
y en mi boca un gusto a menta y canela.
apuntar el día,
anunciar el alba la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía,
y en mi boca un gusto a menta y canela.
'Serrana, para un vestío yo te quiero regalar'.
Me dijiste: 'Estás cumplío, no me tienes que dar ná'.
Subí en el caballo,
y un beso te di,
y nunca una noche tan bella
de mayo he vuelto a vivir.
Me dijiste: 'Estás cumplío, no me tienes que dar ná'.
Subí en el caballo,
y un beso te di,
y nunca una noche tan bella
de mayo he vuelto a vivir.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y al verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes,
con brillo de faca,
que se han 'clavaíto' en mi corazón.
Pa' mí ya no hay soles, luceros, ni luna:
ná más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y al verde, verde limón".
Verdes como el trigo verde
y al verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes,
con brillo de faca,
que se han 'clavaíto' en mi corazón.
Pa' mí ya no hay soles, luceros, ni luna:
ná más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y al verde, verde limón".