jueves, 12 de marzo de 2015

Tientos de la Ausencia

"Este querer tuyo y mío
nadie lo puede acabar:
somos igual que dos ríos
que han de juntarse en la mar.

Cuando estoy sola le digo
llorando a mi corasón:
“No hay en el mundo castigo
como la separación”.

Que la ausensia pa' las cosas del querer
es espina de rosal,
cuchillito que en lo fondo de tu ser
no te deja respirar.

Nadie sabe la negrura de este pozo
donde vivo sin consuelo,
ni qué llave me encerró en un calabozo
sin estrellas y sin cielo.

Muchas noches que me encuentro 'desvelá'
de no verte junto a mí,
al mirarme en esta triste soledad,
me dan ganas de morir.
La distansia puede ser doble filo de un puñal,
una veces pa' querer y otras veces pa' olvidar.

Nuestro querer es una llama,
fuego de nunca acabar:
somos tomillo y retama;
nadie nos puede apagar.

A las cartas le pregunto
cuándo nos vamos a ver,
y salen dos copas junto
que no me apagan la sed.
Que la ausencia, compañero, es un dolor
que se puede soportar
cuando tienes la esperanza y el valor
de llegar hasta el final.

Nadie sabe la negrura de este pozo
donde vivo sin consuelo,
ni qué llave me encerró en un calabozo
sin estrellas y sin cielo.

Muchas noches que me encuentro 'desvelá'
de no verte junto a mí,
al mirarme en esta triste soledad,
me dan ganas de morir.
La distansia puede ser doble filo de un puñal,
una veces pa' querer y otras veces pa' olvidar".

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