"Por el sendero que baja al río,
canta que cantaban mis amores:
van al encuentro del dueño mío;
piedras que piso se vuelven flores.
No le digas a nadie que me has besado,
que yo ni a mi almohada se lo he contado.
De aquel beso la cuenta ya está saldada, y
como te lo he devuelto, no debo nada.
Mozo de las fajas negras,
mozo de camisa blanca,
mozo del sombrero nuevo que compraste en Salamanca,
no blasones de dinero, ni presumas de buen mozo,
que al galán a quien yo quiero no lo quiero vanidoso.
Cuando iba al río me acompañaba
un cantarillo y un corazón:
el uno en busca de aguita clara,
el otro en busca de una ilusión.
Con el cántaro lleno
vengo del río, pero en cambio
mi pecho está vacío:
como aquel amor mío ya no me quiere,
ya no hay nadie en el río que a mí me espere.
Mozo de las fajas negras,
mozo de camisa blanca,
mozo del sombrero nuevo que compraste en Salamanca,
no blasones de dinero, ni presumas de buen mozo,
que al galán a quien yo quiero no lo quiero vanidoso;
no blasones de dinero, ni presumas de buen mozo,
que al galán a quien yo quiero no lo quiero vanidoso.
Caminito del río...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario